sábado, noviembre 25, 2006

Sobre la práctica del Reiki


Los que me conocen, saben que uno de mis ejes vitales es el ser maestro de Reiki, y de un linaje no muy extendido pero potente y efectivo. Mi eje más profundo está en la forma de ver la vida y la forma de ver mi vida, y el Reiki forma parte de ese proceso. Por eso es importante
clarificar algunos puntos.



Hasta donde llega el Reiki

El Reiki llega a todo el organismo, y tiene la facultad de autodirigirse hacia los puntos del organismo que realmente lo necesitan. El Reiki es capaz de traspasar el organismo, ingresando en nuestra mente consciente e inconsciente. Una vez logrado esto, interviene en el equilibrio de las emociones, y una vez logrado esto, es capaz de calmar nuestro espíritu. Pero el Reiki no es capaz de curarlo todo. Eso es simplemente imposible para cualquier forma de salud. Si es capaz, en todo caso, de participar en procesos de sanación y recuperación. Actúa en paralelo a una quimioterapia, en la artritis, en estados ansiosos, en neuro y cardiopatías. El tema es que no es el único interviniente en muchas patologías.

El tratamiento de pacientes y la información

Yo no me opongo a tratar un paciente que me requiere. Éticamente es mi deber interno. Y es el paciente el que debe decidir los tratamientos a los que quiere someterse. Mi deber pasa por recomendar, si la patología así lo amerita, que consulte a un especialista o que siga otro tratamiento en paralelo. Y conste que pienso que muchas patologías pueden no requerir un tratamiento convencional paralelo, y no son solamente las patologías que no revisten gravedad como muchos quisieran pensar. También incluyo en esta lista aquellas en que las herramientas convencionales sólo pueden aportar paliativos. Piensen un poco y verán que son muchas. Al final, lo importante es dar Reiki, orientando correctamente al paciente y explicando las limitaciones y beneficios que puede tener en cada tratamiento.

Dar y darse Reiki

Y ahí aparece la necesidad de los terapeutas de dar y darse Reiki. Cuanto más Reiki den, más crece la posibilidad de canalización. El ideal es que todo terapeuta se dé Reiki todos los días, que tenga pacientes, aunque sea sólo uno. Será mejor terapeuta, entenderá mejor a sus pacientes y canalizará una mayor y mejor energía.

A veces es bueno comenzar a darse Reiki y dejar que el sueño supere a la vigilia. Así se inicia el sueño con las manos canalizando energía. El despertar será necesariamente mejor. A veces sirve para darle un sentido a cualquier espera con posiciones disimuladas. Y a veces debemos aprender a reconocer que necesitamos una sesión completa. Lo importante es dar, y dar todos los días.

Detenerse y meditar

Además de todo esto, el creador del sistema del Reiki, Mikao Usui, proponía la meditación. Intriducirse en uno mismo y, como podría decir el Tao, dejar que todo se mueva y seguir inmóvil. Un terapeuta de Reiki puede y debe tener un espacio de silencio todos los días. Ese espacio puede ser un dojo personal, una habitación con tatami, cortinas japonesas, alguna fuente de agua y hasta un jardín de arena. Pero lo importante es el interior, y eso lo llevamos a todas partes, por lo que si tenemos claro que el espacio de silencio se construye en el interior, el exterior puede ser un casino, una sala, el metro de vuelta a casa o cualquier lugar. Dejen que el mundo siga su rumbo y sean ustedes los que se detienen. Hacer esa prueba no requiere ser terapeuta de Reiki, pero si se necesita perder el miedo a vernos.