viernes, octubre 26, 2007

Respecto a cómo cobrar en el Reiki

Una persona ha mandado un comentario que, en tono de pregunta, interroga sobre cómo se puede cobrar una energía que es una entrega de amor o , como muchos la definen, energía amorosa, que aunque esa no sea la exacta traducción del japonés, si lo es para muchos maestros y terapeutas.
En general, pienso que cuando una persona desarrolla terapias complementarias, y más aún cuando estas tienen un enfoque holístico, que se enfoca a la totalidad de ese ser humano que tenemos como paciente, lo que hacemos es un proceso de sanación. En la práctica, muchas veces ayudamos o "damos un empujoncito" para que el propio organismo del paciente sea el que desarrolle su propio proceso curativo. A eso llamamos sanación.
¿Y eso se puede cobrar?
En el caso del Reiki, en que la energía está en el ambiente, en el universo circundante ¿es lícito cobrar si la energía no es nuestra y sólo la canalizamos?
La verdad es que si por muchas razones. Dos de ellas me parecen bastante importantes.
Primero, que el terapeuta, como cualquier persona que hace un trabajo, cobra por el tiempo dedicado a ese trabajo. Otra cosa es que cuanto más amor haya en el trabajo, mejor será el resultado que se obtenga. Pero el tiempo es del terapeuta y si no estuviera haciendo una terapia, podría estar con su familia, sus amigos, un buen libro o incluso durmiendo.
El tiempo tiene un valor, que se debe calcular por el costo que tiene perderse las alternativas. Por eso es más caro trabajar un domingo en la noche que un miércoles en la mañana.
La segunda razón no es menos poderosa. Si queremos que haya personas que se dediquen profesionalmente a las terapias complementarias, enseñando y haciendo práctica clínica con pacientes, lo menos que se puede esperar es que obtengan una retribución por ese esfuerzo. En caso de que dicha retribución no exista, todas esas personas se verán obligadas a trabajar en cualquier otra cosa que les permita vivir decente y dignamente, pagando sus cuentas y manteniendo sus gastos y los de sus familias.
Sería muy triste ver que personas que podrían estar sanando a otros, entregándoles una mejor calidad de vida, estén dedicados a trabajos en los que no son ni tan hábiles ni tan útiles.
Se puede hacer una terapia gratuita, y es bueno hacer permanentemente algunas. Pero también tiene que haber otras que generen el equilibrio y permitan vivir de esto.
En Chile, a mis alumnos yo les recomiendo que cobren una cifra razonable. Y esto tiene varias lecturas. Por un lado, la experiencia del terapeuta sube el costo. Por otro, si se va a cobrar muy barato, es mejor no cobrar. Con estos dos criterios, estimo que un cobro de entre 10 y 20 mil pesos es razonable para terapeutas de nivel I y II de Reiki, y puede subir un poco en caso de un maestro o maestra, que tienen mayor experiencia y conocimientos.
Ese valor es, en todo caso, referencial. Si el terapeuta atiende a personas de escasos recursos, sus valores pueden estar entre 6 y 12 mil pesos. Y si atiende a personas con muchos recursos, los valores podrían elevarse a un rango de entre 15 y 25 mil.

domingo, mayo 20, 2007

¿Falta investigación?

Hace unos días me tocó organizar y ser panelista en un evento denominado "Jornadas de Medicina Complementaria", y decidí exponer sobre el cliché social y científico que es la aseveración acerca de que "falta invetigación" para asegurar eficiencia, seguridad o cualquier otro aspecto. La frase, por desgracia, aparece siempre que se habla de medicina complementaria.

¿Qué investigar?

La medicina complementaria tiene que ser investigada. Eso está fuera de toda discusión. Pero en el mundo médico convencional cuando alguien decide hacerlo, es mirado con recelo por sus propios colegas. Entre los terapeutas complementarios, también es usual el recelo hacia el que investiga. Resultado, sea cual sea el origen, el investigador es un outsider que será visto como poco serio o como extremadamente serio según sea el caso. Y así, son pocos los que se atreven a dar el paso.

Lo primero que hay que investigar es acerca de la seguridad de productos y procedimientos para el consumo de parte de seres humanos. Si esto se logra, habrá que revisar si son eficientes, es decir, si sus costos y tiempos son iguales o menores a los de procedimientos convencionales para las mismas patologías. Y finalmente, deberá investigarse su eficacia, es decir, si realmente funcionan para cada patología indicada.

Todo este proceso requiere fondos, pero más aún, requiere personas dedicadas y con los conocimientos y habilidades necesarias para saber de qué es lo que se está hablando e investigando. Y en vista de que las facultades de medicina no están dispuestas a formar estos especialistas, deberán salir de las fuentes de formación irregulares que hoy por hoy provee la misma medicina complementaria. Escuelas, centros, especialistas que entregan formación no avalada por el Estado o por las autoridades responsables de la educación.

El gran problema de esta situación es que ni el gobierno ni ninguna de las grandes instituciones que pueden financiar las investigaciones van a financiar a quien -en apariencia- no tiene títulos que lo acrediten.

La respuesta fácil

Esto puede servir como explicación para la crónica ausencia de investigación científica en el área en América Latina. Y surge la respuesta habitual, el cliché que establece que "no hay investigación suficiente".

El problema es que la aseveración ya no es global. Los países desarrollados si están inviertiendo en estos temas. La investigación fluye y está demostrando ser muy fructífera tanto para el "estado de la ciencia" como para los pacientes. De hecho, una búsqueda simple, consistente en colocar la expresión "complementary medicine" en el buscador de PubMed entrega como resultado 117 mil 134 papers publicados al 20 de mayo de 2007, y lo más interesante, de ellos, 11 mil 008 son reviews y no simples comentarios.

Europa y Estados Unidos llevan la delantera. India, China y Japón tienen iniciativas muy interesantes. Y América Latina no juega. De hecho, no juega, no lee, no invierte. América Latina no está en el juego.

Seguimos creyendo que lo profesional es estudiar (estoy de acuerdo) y luego llevar a la práctica lo aprendido (no puedo estar de acuerdo). Hace ya un tiempo le escuché decir al rector del Instituto Tecnológico de Monterrey que hoy en día todos los profesionales deben volver a las aulas universitarias cada cuatro años como máximo para poder mantenerse activos y actualizados. La medicina complementaria no está siguiendo esa máxima y eso es grave.

Hace ya un tiempo

Hace ya un tiempo

Desde el mes de enero que no publicaba ninguna entrada nueva en el blog, y no porque no hubieran temas de interés, sino que simplemente faltaba el tiempo para pensar y redactar correctamente. Pero este es el momento de plantear un regreso, el que se agradece y hace más urgente con las personas que me han escrito y preguntan por nuevos artículos.
El tema es y sigue siendo la medicina complementaria, pero además de los temas estrictamente técnicos, trataré de agregar algunos que son mucho más del interés de la gente común, la que no trabaja en esto, pero que lo necesita como paciente. los que yo sigo llamando personas "de a pie".

sábado, noviembre 25, 2006

Sobre la práctica del Reiki


Los que me conocen, saben que uno de mis ejes vitales es el ser maestro de Reiki, y de un linaje no muy extendido pero potente y efectivo. Mi eje más profundo está en la forma de ver la vida y la forma de ver mi vida, y el Reiki forma parte de ese proceso. Por eso es importante
clarificar algunos puntos.



Hasta donde llega el Reiki

El Reiki llega a todo el organismo, y tiene la facultad de autodirigirse hacia los puntos del organismo que realmente lo necesitan. El Reiki es capaz de traspasar el organismo, ingresando en nuestra mente consciente e inconsciente. Una vez logrado esto, interviene en el equilibrio de las emociones, y una vez logrado esto, es capaz de calmar nuestro espíritu. Pero el Reiki no es capaz de curarlo todo. Eso es simplemente imposible para cualquier forma de salud. Si es capaz, en todo caso, de participar en procesos de sanación y recuperación. Actúa en paralelo a una quimioterapia, en la artritis, en estados ansiosos, en neuro y cardiopatías. El tema es que no es el único interviniente en muchas patologías.

El tratamiento de pacientes y la información

Yo no me opongo a tratar un paciente que me requiere. Éticamente es mi deber interno. Y es el paciente el que debe decidir los tratamientos a los que quiere someterse. Mi deber pasa por recomendar, si la patología así lo amerita, que consulte a un especialista o que siga otro tratamiento en paralelo. Y conste que pienso que muchas patologías pueden no requerir un tratamiento convencional paralelo, y no son solamente las patologías que no revisten gravedad como muchos quisieran pensar. También incluyo en esta lista aquellas en que las herramientas convencionales sólo pueden aportar paliativos. Piensen un poco y verán que son muchas. Al final, lo importante es dar Reiki, orientando correctamente al paciente y explicando las limitaciones y beneficios que puede tener en cada tratamiento.

Dar y darse Reiki

Y ahí aparece la necesidad de los terapeutas de dar y darse Reiki. Cuanto más Reiki den, más crece la posibilidad de canalización. El ideal es que todo terapeuta se dé Reiki todos los días, que tenga pacientes, aunque sea sólo uno. Será mejor terapeuta, entenderá mejor a sus pacientes y canalizará una mayor y mejor energía.

A veces es bueno comenzar a darse Reiki y dejar que el sueño supere a la vigilia. Así se inicia el sueño con las manos canalizando energía. El despertar será necesariamente mejor. A veces sirve para darle un sentido a cualquier espera con posiciones disimuladas. Y a veces debemos aprender a reconocer que necesitamos una sesión completa. Lo importante es dar, y dar todos los días.

Detenerse y meditar

Además de todo esto, el creador del sistema del Reiki, Mikao Usui, proponía la meditación. Intriducirse en uno mismo y, como podría decir el Tao, dejar que todo se mueva y seguir inmóvil. Un terapeuta de Reiki puede y debe tener un espacio de silencio todos los días. Ese espacio puede ser un dojo personal, una habitación con tatami, cortinas japonesas, alguna fuente de agua y hasta un jardín de arena. Pero lo importante es el interior, y eso lo llevamos a todas partes, por lo que si tenemos claro que el espacio de silencio se construye en el interior, el exterior puede ser un casino, una sala, el metro de vuelta a casa o cualquier lugar. Dejen que el mundo siga su rumbo y sean ustedes los que se detienen. Hacer esa prueba no requiere ser terapeuta de Reiki, pero si se necesita perder el miedo a vernos.

lunes, noviembre 20, 2006

Libros sobre Reiki


Es uno de los temas más recurrentes de la literatura sobre medicinas complementarias. Pero mucho de lo que se ha escrito es redundante, e incluso cae en errores que, por fatla de actualización, inducen a malas explicaciones y, al fin, a una mala práctica.


El Reiki es conocido por millones de personas, algunas por el nombre, otras porque han recibido sesiones de esta técnica y, finalmente, por los miles de terapeutas que hay repartidos por todo el mundo. Si, todo el mundo.
Eso ha sido la causa de que uno de los temas más recurrentes en los libros sobre medicina complementaria sean precisamente los de Reiki. Una técnica fácil de aprender, de resultados visibles desde la primera o segunda sesión y que no tiene nada de invasiva y si mucho de acogedora, evidentemente que resulta atractiva. Y para la industria editorial, vende. En una primera etapa, a principios de los 90, se publicaron libros que realmente eran un aporte y que mostraban técnicas y formas realmente novedosas para muchos terapeutas. Pero en los últimos años, esa tendencia se fue estancando para dar lugar a libros que siguen insistiendo en lo mismo... y hasta con el mismo nombre. No aportan y tienden a confundir.

El origen


La historia del Reiki cambió notoriamente a partir de 1999. Hasta esa fecha se hablaba de Mikao Usui - el creador de la técnica- como un ser casi mitológico, un cristiano japonés que había estudiado en Estados Unidos para luego volver a su tierra y desarrollar la técnica, orientando su práctica a los más desposeídos. Todo falso. Usui fue budista desde el nacimiento a la muerte, nunca estuvo en Estados Unidos, y nunca la orientó a los más desposeídos, sino a todo el que quisiera probarla y/o aprenderla. Todo el edificio que se había construido con la historia "casi mitológica", se vino abajo, y los intereses asociados a ella, también. Pero se siguen publicando libros que insisten en la cristiandad de Usui. Siendo simples, una estupidez. Siendo rigurosos, un engaño casi intencionado.

Las posiciones y las rutinas del Reiki

Hay quien dice que las posiciones son doce, otros que quince. Y algunos insisten hasta con veinte. Mi maestro me decía que las posiciones eran para que el terapeuta no se aburriera. Si todos sostienen que el Reiki tiene la capacidad de autodirigirse hacía los puntos en que es necesario, las posiciones tienen que servir para otra cosa. Su utilidad radica en la posibilidad que tiene el terapeuta de hacer un diagnóstico energético, distinto, absolutamente distinto del diagnóstico médico, pero igualmente válido. Ese diagnóstico se basa en las sensaciones de calor, vibración, hormigueo y otras que se producen en las manos del terapeuta a medica que va recorriendo el cuerpo del paciente, y que le indican la necesidad de energía del cuerpo del paciente. Claro, hay quien sostiene que las palabras "diagnóstico", "terapia" e incluso "paciente", son exclusivas de los médicos y que no se podrían utilizar en medicina complementaria. Sin embargo, cuando alguien lleva su auto al garage, aparecen unos señores de delantal blanco (parecen médicos) con unos aparatos electrónicos (parecen y se llaman scanners") y hacen un diagnóstico al motor (sin ser médicos). La verdad es que, aunque el diccionario de la Real Academia diga lo contrario, estas palabras son de uso común hace ya mucho tiempo. Y el tema, al final, no es el sustantivo, sino el adjetivo que la acompaña... automotriz, energético, médico, kinésico, comunicacional, etc.

lunes, noviembre 13, 2006

sobre el concepto de "holístico"


¿Qué es realmente ser "holístico"?

Hoy por hoy, la mayoría de los terapeutas complementarios aseguran practicar terapias holísticas, sin saber muy bien lo que eso
significa. Por otro lado, a un científico esto
le
suena a otro idioma. Y, sin embargo,
resulta que no todo
lo que es complementario
es, a la vez, holístico.



Hay quien dice que la palabra "holístico" provendría del inglés "holy", sagrado. Otros, más pragmáticos, dicen que la palabra es nueva y que define la globalidad mente cuerpo. Pero resulta que la palabra tiene su origen en el concepto de holografía. Si esas palomitas de las tarjetas de crédito que dependiendo de la luz y el ángulo con que se miren, cambian de posición y dan la idea de movimiento.

El proceso de la holografía es un proceso basado en la física y en el que se utilizan rayos laser múltiples para impresionar una placa con una imagen desde varios puntos de origen. Pero, para nuestros fines, lo que sirve para generar la idea de medicina holística es una propiedad que adquieren estas imágenes, y es que, al romper una holografía en dos o más pedazos, cada uno de ellos va a contener la imagen completa y no, como sería normal, una parte de ella.

Es decir, si tengo una holografía de una manzana y la rompo en dos, tres o cien pedazos, en vez de tener dos, tres o cien trozos de manzana, tendré dos, tres o cien manzanas, aunque de menor tamaño. Cuando tengo cien pedazos puedo comenzar a pensar en lo holístico de una forma de sanación.

¿Porqué? Simplemente porque cuando trato a un paciente de manera holística tengo que tener en cuenta permanentemente que, aunque esté tratando una parte muy pequeña de su cuerpo, las consecuencias se verán en la totalidad del organismo. Aún en el más pequeño músculo, hueso o tejido, seguirá presente la manzana completa. Con esto, lo primero que hay que olvidar es la disociación artificial entre la mente y el cuerpo. Luego de eso habrá que integrar las emociones y el alma. La medicina alopática o convencional no es capaz de hacer esta unión y ahí surge con fuerza el concepto de medicina "holística".

El concepto comienza a aparecer con el New Age, pero se propaga más allá de sus fronteras e impregna a toda forma de medicina no alopática, lo que no es ni puede ser verdad.

Hay formas de medicina complementaria que son holísticas por naturaleza. Es el caso de la medicina tradicional china, del Reiki o de la hipoterapia. Hay un segundo grupo que tratan de demistrar su vocación de holísticas, como la aromaterapia, algunas formas de masaje e incluso la hipnosis.

Pero también hay un gran grupo de medicinas complementarias que no son ni pretenden ser holísticas. Veamos algunos ejemplos.

El primero y más importante por su aceptación pública es la fitoterapia o medicina a través de las hierbas, plantas y productos vegetales. Cada hierba tiene una o más aplicaciones dependiendo de las propiedades de sus principios activos, y así, no se puede pretender que una hierba con principios activos de acción gástrica, diurética o respiratoria tenga efectos directos sobre todo el organismo.

Algunos dicen que cuando una hierba cura una enfermedad o malestar, se mejora el estado anímico y la vitalidad que viene dada desde el alma. Pero eso es estirar mucho el elástico. Resulta que la curación de cualquier enfermedad, y con cualquier forma de medicina, lleva aparejada una mejoría en los estados de ánimo y en la vitalidad. Pero eso no es ser holístico.

Si yo tomo Boldo (Peumus Boldus Mol.) por su acción colerética y hepatoreguladora, no pretendo que me cure otras dolencias. Quiero que funcione en el hígado y en la vesícula, aún sabiendo que eso tendrá efectos en lo que puedo y no puedo comer, y también en el funcionamiento de la totalidad de mi sistema digestivo. Pero no pretendo que sea holística.

Otro ejemplo útil es el ayurveda, la medicina tradicional y sagrada de la India. Se trata de una medicina de alta complejidad, aunque guiada por patrones basados en su realidad y que no necesariamente coinciden con los de la medicina occidental.

La medicina ayurveda parte señalando las tipologías del ser humano a partir de los tridoshas, Vatta, Pitta y Kapha, que definen desde el carácter hasta ciertos rasgos de la estructura fisiológica y la propensión hacia ciertas enfermedades. Pero, desde ahí en adelante, la medicina ayurveda desarrolla teorías y formas de tratamiento de acuerdo a los tipos de tejidos involucrados -los dathus- y genera especialidades médicas tan amplias y complejas como la toxicología, la fertilidad, la medicina interna, otorrinolaringología, psiquiatría y nutrición.

No es igual a la medicina alopática, aunque se parezca en algunas cosas, pero tampoco es holística, aunque lo parezca en un principio. Sus tratamientos son focales y sus resultados son medidos por esa eficiencia en el foco de tratamiento.

Lo holístico, entonces, es parte de la medicina complementaria, pero ambas expresiones no son sinónimas. Cuando nos ofrecen una terapia holística es mejor confirmar que lo sea, y en caso afirmativo, podremos también exigir resultados integrales u holísticos.

sábado, noviembre 04, 2006

Escépticos de la medicina complementaria

El odio de Mario Bunge

La medicina complementaria siempre ha enfrentado un escpeticismo que hoy se mantiene e incluso crece, enfocándose en algunas áreas que parecen ser un mejor foco de crítica.


Hay una parte del mundo científico que siempre ha sido crítica con todo aquello que no se ajuste al método científico. Su adalid principal ha sido, al menos en el mundo hispano parlante, el profesor Mario Bunge, reputado experto en metodología de la investigación y, como no, en el método científico.

En algunos de sus libros y papers, Bunge dispara dardos como el siguiente: "...Desde hace tres décadas o algo así, muchas universidades han sido infiltradas, aunque no tomadas todavía, por los enemigos del aprendizaje, el rigor y la evidencia empírica: aquellos que proclaman que no hay verdad objetiva, que todo vale, aquellos que hacen pasar opiniones políticas por ciencia y se comprometen en una erudición postiza. No se trata de pensadores heterodoxos originales; ignoran o incluso desdeñan el pensamiento riguroso así como la experimentación. Ni son Galileos incomprendidos, castigados por los poderes a causa de proponer osadas verdades y métodos. Por el contrario, por estos días mucha baba y fraudes intelectuales están obteniendo empleo, se les permite enseñar basura en nombre de la libertad académica, y ven publicados sus detestables escritos en revistas y editoriales universitarias. Además, muchos de ellos han adquirido suficiente poder para censurar el estudio genuino. Han instalado un caballo de Troya en la ciudadela académica con la intención de destruir desde dentro la cultura auténtica" (M. Bunge; Sociología de la Ciencia).

He querido poner la cita íntegra para poder analizar algunas de las expresiones. Y quiero dejar claro que, como terapeuta y profesor de medicina complementaria, leo y uso los parámetros de Bunge y también creo y fomento una visión crítica en mis alumnos, sea con la ciencia como con lo complementario. Pero reconozco que la ciencia no explica ni puede explicar la totalidad del entorno y las situaciones a las que se enfrenta el ser humano.

Analizando la cita, sorprenden las expresiones como "detestable", "basura", "estudio genuino", "baba", "fraudes intelectuales" o "cultura auténtica". Sorprende que un académico se exprese así, que tenga tanta inquina u odio por lo que yo llamaría "no científico". Y es que, los sentimientos no siguen el método científico, ni las ideas, ni el amor por los hijos o la pareja, y ni siquiera la gripe.

La ciencia, con todo el valor que puede tener y tiene, no es la razón de todo esto. Puede explicarlo a través de la bioquímica, de la patología u otra rama. Pero sigue sin llegar a muchas razones. Y si llegara, no tendríamos enfermedades o problemas.

Yo creo en la apertura de la ciencia, y apertura significa comenzar a investigar aquello que está más allá de sus fronteras conocidas. Pero también sostengo que la ciencia debe revisar sus métodos, a la luz de lo que debe ser el ser humano. Así, no estoy de acuerdo en la experimentación con animales a costa del sufrimiento indiscriminado de estos. No estoy de acuerdo en el uso de placebos sin informar a los pacientes que lo que se les está administrando no sirve para nada. Y no estoy de acuerdo con muchas otras cosas, pero estas dos están ampliamente avaladas por la literatura científica.

Si la ciencia no se abre, las personas comunes, que no juzgan con el método científico, si están dispuestas a abrirse. Y cuando esas personas están recurriendo a la medicina complementaria, la ciencia debe estar en condiciones de darles respuestas. Y esas respuestas nacen de la investigación, de la eficacia y la seguridad probadas. Esa es la materia de la ciencia. Cuando pueda, analizar el método. Cuando no, analizar los resultados. Si estos son buenos, publicarlos. Si son malos, publicarlos.

jueves, noviembre 02, 2006

Notas Freak

Cifras de prevalencia en Chile

Creo que puedo poner en circulación muchos datos, noticias y comentarios sobre las medicinas complementarias que, más que un aporte, parecen ser la nota de ridiculez que marca una de las grandes peleas que están dando los terapeutas y especialistas en medicina complementaria. Por eso, más que un artículo suelto, me parece que da para una sección completa del blog.
Y quiero iniciarla con cifras, o lo que parecen cifras serias. En Chile, durante ya varios años se sostuvo una estimación de que existían diez mil terapeutas complementarios y que el 71 por ciento de la población recurría a estas prestaciones de salud. Si consideramos que Chile tiene una población, en 2006, cercana a los 16 millones 450 mil habitantes (estimación oficial del Instituto Nacional de Estadísticas, http://www.ine.cl/ine/canales/chile_estadistico/
demografia_y_vitales/proyecciones/Informes /
Microsoft%20Word%20-%20InforP_T.pdf), resulta que cada terapeuta debería estar atendiendo a un promedio de 1.168 personas al año. Es decir, casi 22,5 personas diarias o 4,5 al día si trabaja de lunes a viernes. Siempre me pareció mucho. Resulta que me puse a buscar la fuente de esta estimación, y encontré un dato sorprendente y freak. Primeramente, el origen de la estimación oficial que usa la autoridad es la OMS, a través de un documento llamado "Legal Status of Traditional Medicine and Complementary/Alternative Medicine: A Worldwide Review", y este, a su vez se basa en un documento de la OPS llamado "Traditional Health Systems in Latin America and the Caribbean: Baseline Information". El primero es del año 2001, y el segundo del 2000. Hasta ahí todo parece serio y formal. El problema es que ninguno es el resultado de un estudio, una encuesta ni nada parecido. Entonces, ¿de dónde sale la cifra? Resulta que el documento de la OPS es una recopilación de información de base, y ahí, hay dos personas no identificadas que hacen afirmaciones sobre la situación de las medicinas complementarias en Chile. Una de ellas dice que en Chile hay cerca de 2.000 terapeutas, y que sus especialidades más comunes serían las de Aromaterapia, Flores de Bach, Acupuntura, Yerbateros, Componedores de huesos y Quiropraxia. La segunda persona "NN", dice que los terapeutas son diez mil, y que sus especialidades más comunes serían las de Hierberos, Hueseros, Curanderos, Santificadores y Parteras. Tengo en mi mano datos fidedignos que afirman que en Chile no es esa la realidad, y se trata de una encuesta muy amplia. De ella se obtiene que algunas de las especialidades mencionadas efectivamente aparecen. Es el caso de la acupuntura, la quiropraxia y las flores de Bach. El resto, o tienen una presencia marginal o directamente no existen. Si, como lo leen, NO EXISTEN. El Ministerio de Salud no ha mencionado las especialidades que entrega el documento oficial, quizás por temor al ridículo. Pero si ha sostenido que en Chile hay diez mil terapeutas y que el 71 por ciento practica o recibe servicios de medicina complementaria. El mismo estudio que sigo teniendo en mi mano afirma que la cifra es de 51 por ciento. Y peor, resulta que los que han pagado por consultas de medicina complementaria en los últimos seis meses son cerca de un diez por ciento de la población. La pregunta. ¿Cómo es posible que la medicina científica, basada en evidencia, rigurosa y experimental saque cifras de la manga y la autoridad las transforme en "oficiales"? No lo puedo entender.

Costos de la medicina complementaria

¿Cuánto cuesta la medicina Complementaria? y ¿qué costo es el importante?

En los papers de las miles de revistas médicas indexadas que hay en el mundo hay también muchos que tratan el tema de los costos que tiene la medicina complementaria. Pero hay muchas maneras de ver este punto.
Por una parte, es natural y lógico que distintas terapias tengan distintos costos. Parece obvio que los terapeutas que han dedicado años a la formación cobren más que aquellos que tienen formaciones breves y/o irregulares. También parece razonable que aquellos que deben mantener consultas, equipos e insumos cobren más caro.
Así, en el caso de Chile hay terapeutas que cobran hasta $35.000 por consulta (aproximadamente US$ 67), mientras que otros valoran la consulta en $1.000 (menos de US$ 2). Es decir uno cobra 34 veces más que otro. Y sigue siendo lógico.
Otro punto que debe analizarse es el costo de medicamentos o productos e insumos terapeuticos. Sea que los compre el terapeuta o el paciente, tienen un costo. Ahí están las agujas del acupunturista, los glóbulos del homeópata, las hierbas, cremas y otros del fitoterapeuta, e incluso la piel de cordero que se utiliza en la práctica de algunos estilos de yoga. Y si se quiere ser rigurosos, hay que considerarlos dentro de los costos. En este caso, podríamos llamarlos costos indirectos, versus los directos que serían los valores de consulta.
Finalmente, también hay un costo independiente, que es el que tienen tanto pacientes como terapeutas en la compra de material para saber sobre las terapias, mantenerse actualizados o, incluso, para hacer terapias por sí mismos. Se trata del gasto en libros y revistas.
Al final es una suma bastante grande, pero es dicha suma la que debe considerarse para compararla con el gasto de las personas en otras actividades y también con el gasto que tienen en salud. Las comparaciones más importantes debieran ser con la atención de salud primaria y con el desembolso directo en salud, lo que los norteamericanos llaman "out-of-pocket", es decir, directo desde la billetera.
En latinoamérica, ese gasto "out-of-pocket" es el total, pues los sistemas de seguro y prevención de salud -estatales y privados- no cubren nada que sea o parezca complementario.
Sin embargo, al final de todo, el análisis de costos es importante para saber si a la sociedad le convienen los servicios y prestaciones de la medicina complementaria y si le conviene -por costos- que ésta se integre al sistema principal de salud (mainstream). Aquí no se analiza su conveniencia terapéutica, su demanda pública, ni su aceptación médica. Sólo vemos la conveniencia económica.
Y leyendo un informe inglés bastante minucioso, encontré una opinión que me parece bastante razonable.
Se trata del llamado Informe Smallwood. El nombre proviene de su autor, un prestigioso economista que por encargo directo del Príncipe de Gales y en conjunto con una consultora llamada FreshMinds, elaboró un informe acerca de la situación y conveniencia de las terapias más conocidas y organizadas en el Reino Unido.
Y señala que, si bien muchas de las terapias complementarias pueden tener costos similares o incluso un poco menores que sus pares convencionales, la imposición de que se tengan que hacer en forma complementaria hace que al gasto hecho en medicina convencional se tenga que agregar el de la terapia complementaria, subiendo los costos del sistema y de la prestación.
Visto así, según el informe, la suma de terapias sólo sería conveniente si se acortan los tiempos de tratamiento. Es decir, más caro y más breve puede resultar más barato.
¿Dónde está el punto interesante?
A continuación, Smallwood señala que, si se ha demostrado que en algunas patologías, el tratamiento complementario es más eficiente y obtiene mejores resultados que su par convencional, la lógica dice que el sistema de salud debiera fomentar uno en lugar del otro. Es decir, de alguna manera, transformar lo complementario en alternativo.
A más de uno le va a doler, pero puede ser una verdad práctica.
Y el informe va más allá, señalando patologías y terapias concretas. Pero también señala que para que esto se pueda dar se necesita que la efectividad y eficiencia de las terapias sea debidamente comprobada. Y esto pasa por dar el salto desde pequeñas investigaciones a otras mucho mayores. Probar en muchos sujetos, probar variantes, buscar criterios, hacer las debidas excepciones, y mucho más. Para que esto pueda darse, sobre todo a nivel latinoamericano, son los terapeutas los que tienen que empezar a aprender. Y pueden comenzar con al aprendizaje de una sola palabra RIGUROSIDAD.
Las instituciones convencionales, las fundaciones y los gobiernos tienen que aprender a creer, a financiar y a pensar que la medicina complementaria también es un aporte.