lunes, noviembre 20, 2006

Libros sobre Reiki


Es uno de los temas más recurrentes de la literatura sobre medicinas complementarias. Pero mucho de lo que se ha escrito es redundante, e incluso cae en errores que, por fatla de actualización, inducen a malas explicaciones y, al fin, a una mala práctica.


El Reiki es conocido por millones de personas, algunas por el nombre, otras porque han recibido sesiones de esta técnica y, finalmente, por los miles de terapeutas que hay repartidos por todo el mundo. Si, todo el mundo.
Eso ha sido la causa de que uno de los temas más recurrentes en los libros sobre medicina complementaria sean precisamente los de Reiki. Una técnica fácil de aprender, de resultados visibles desde la primera o segunda sesión y que no tiene nada de invasiva y si mucho de acogedora, evidentemente que resulta atractiva. Y para la industria editorial, vende. En una primera etapa, a principios de los 90, se publicaron libros que realmente eran un aporte y que mostraban técnicas y formas realmente novedosas para muchos terapeutas. Pero en los últimos años, esa tendencia se fue estancando para dar lugar a libros que siguen insistiendo en lo mismo... y hasta con el mismo nombre. No aportan y tienden a confundir.

El origen


La historia del Reiki cambió notoriamente a partir de 1999. Hasta esa fecha se hablaba de Mikao Usui - el creador de la técnica- como un ser casi mitológico, un cristiano japonés que había estudiado en Estados Unidos para luego volver a su tierra y desarrollar la técnica, orientando su práctica a los más desposeídos. Todo falso. Usui fue budista desde el nacimiento a la muerte, nunca estuvo en Estados Unidos, y nunca la orientó a los más desposeídos, sino a todo el que quisiera probarla y/o aprenderla. Todo el edificio que se había construido con la historia "casi mitológica", se vino abajo, y los intereses asociados a ella, también. Pero se siguen publicando libros que insisten en la cristiandad de Usui. Siendo simples, una estupidez. Siendo rigurosos, un engaño casi intencionado.

Las posiciones y las rutinas del Reiki

Hay quien dice que las posiciones son doce, otros que quince. Y algunos insisten hasta con veinte. Mi maestro me decía que las posiciones eran para que el terapeuta no se aburriera. Si todos sostienen que el Reiki tiene la capacidad de autodirigirse hacía los puntos en que es necesario, las posiciones tienen que servir para otra cosa. Su utilidad radica en la posibilidad que tiene el terapeuta de hacer un diagnóstico energético, distinto, absolutamente distinto del diagnóstico médico, pero igualmente válido. Ese diagnóstico se basa en las sensaciones de calor, vibración, hormigueo y otras que se producen en las manos del terapeuta a medica que va recorriendo el cuerpo del paciente, y que le indican la necesidad de energía del cuerpo del paciente. Claro, hay quien sostiene que las palabras "diagnóstico", "terapia" e incluso "paciente", son exclusivas de los médicos y que no se podrían utilizar en medicina complementaria. Sin embargo, cuando alguien lleva su auto al garage, aparecen unos señores de delantal blanco (parecen médicos) con unos aparatos electrónicos (parecen y se llaman scanners") y hacen un diagnóstico al motor (sin ser médicos). La verdad es que, aunque el diccionario de la Real Academia diga lo contrario, estas palabras son de uso común hace ya mucho tiempo. Y el tema, al final, no es el sustantivo, sino el adjetivo que la acompaña... automotriz, energético, médico, kinésico, comunicacional, etc.