domingo, mayo 20, 2007

¿Falta investigación?

Hace unos días me tocó organizar y ser panelista en un evento denominado "Jornadas de Medicina Complementaria", y decidí exponer sobre el cliché social y científico que es la aseveración acerca de que "falta invetigación" para asegurar eficiencia, seguridad o cualquier otro aspecto. La frase, por desgracia, aparece siempre que se habla de medicina complementaria.

¿Qué investigar?

La medicina complementaria tiene que ser investigada. Eso está fuera de toda discusión. Pero en el mundo médico convencional cuando alguien decide hacerlo, es mirado con recelo por sus propios colegas. Entre los terapeutas complementarios, también es usual el recelo hacia el que investiga. Resultado, sea cual sea el origen, el investigador es un outsider que será visto como poco serio o como extremadamente serio según sea el caso. Y así, son pocos los que se atreven a dar el paso.

Lo primero que hay que investigar es acerca de la seguridad de productos y procedimientos para el consumo de parte de seres humanos. Si esto se logra, habrá que revisar si son eficientes, es decir, si sus costos y tiempos son iguales o menores a los de procedimientos convencionales para las mismas patologías. Y finalmente, deberá investigarse su eficacia, es decir, si realmente funcionan para cada patología indicada.

Todo este proceso requiere fondos, pero más aún, requiere personas dedicadas y con los conocimientos y habilidades necesarias para saber de qué es lo que se está hablando e investigando. Y en vista de que las facultades de medicina no están dispuestas a formar estos especialistas, deberán salir de las fuentes de formación irregulares que hoy por hoy provee la misma medicina complementaria. Escuelas, centros, especialistas que entregan formación no avalada por el Estado o por las autoridades responsables de la educación.

El gran problema de esta situación es que ni el gobierno ni ninguna de las grandes instituciones que pueden financiar las investigaciones van a financiar a quien -en apariencia- no tiene títulos que lo acrediten.

La respuesta fácil

Esto puede servir como explicación para la crónica ausencia de investigación científica en el área en América Latina. Y surge la respuesta habitual, el cliché que establece que "no hay investigación suficiente".

El problema es que la aseveración ya no es global. Los países desarrollados si están inviertiendo en estos temas. La investigación fluye y está demostrando ser muy fructífera tanto para el "estado de la ciencia" como para los pacientes. De hecho, una búsqueda simple, consistente en colocar la expresión "complementary medicine" en el buscador de PubMed entrega como resultado 117 mil 134 papers publicados al 20 de mayo de 2007, y lo más interesante, de ellos, 11 mil 008 son reviews y no simples comentarios.

Europa y Estados Unidos llevan la delantera. India, China y Japón tienen iniciativas muy interesantes. Y América Latina no juega. De hecho, no juega, no lee, no invierte. América Latina no está en el juego.

Seguimos creyendo que lo profesional es estudiar (estoy de acuerdo) y luego llevar a la práctica lo aprendido (no puedo estar de acuerdo). Hace ya un tiempo le escuché decir al rector del Instituto Tecnológico de Monterrey que hoy en día todos los profesionales deben volver a las aulas universitarias cada cuatro años como máximo para poder mantenerse activos y actualizados. La medicina complementaria no está siguiendo esa máxima y eso es grave.

Hace ya un tiempo

Hace ya un tiempo

Desde el mes de enero que no publicaba ninguna entrada nueva en el blog, y no porque no hubieran temas de interés, sino que simplemente faltaba el tiempo para pensar y redactar correctamente. Pero este es el momento de plantear un regreso, el que se agradece y hace más urgente con las personas que me han escrito y preguntan por nuevos artículos.
El tema es y sigue siendo la medicina complementaria, pero además de los temas estrictamente técnicos, trataré de agregar algunos que son mucho más del interés de la gente común, la que no trabaja en esto, pero que lo necesita como paciente. los que yo sigo llamando personas "de a pie".