viernes, octubre 26, 2007

Respecto a cómo cobrar en el Reiki

Una persona ha mandado un comentario que, en tono de pregunta, interroga sobre cómo se puede cobrar una energía que es una entrega de amor o , como muchos la definen, energía amorosa, que aunque esa no sea la exacta traducción del japonés, si lo es para muchos maestros y terapeutas.
En general, pienso que cuando una persona desarrolla terapias complementarias, y más aún cuando estas tienen un enfoque holístico, que se enfoca a la totalidad de ese ser humano que tenemos como paciente, lo que hacemos es un proceso de sanación. En la práctica, muchas veces ayudamos o "damos un empujoncito" para que el propio organismo del paciente sea el que desarrolle su propio proceso curativo. A eso llamamos sanación.
¿Y eso se puede cobrar?
En el caso del Reiki, en que la energía está en el ambiente, en el universo circundante ¿es lícito cobrar si la energía no es nuestra y sólo la canalizamos?
La verdad es que si por muchas razones. Dos de ellas me parecen bastante importantes.
Primero, que el terapeuta, como cualquier persona que hace un trabajo, cobra por el tiempo dedicado a ese trabajo. Otra cosa es que cuanto más amor haya en el trabajo, mejor será el resultado que se obtenga. Pero el tiempo es del terapeuta y si no estuviera haciendo una terapia, podría estar con su familia, sus amigos, un buen libro o incluso durmiendo.
El tiempo tiene un valor, que se debe calcular por el costo que tiene perderse las alternativas. Por eso es más caro trabajar un domingo en la noche que un miércoles en la mañana.
La segunda razón no es menos poderosa. Si queremos que haya personas que se dediquen profesionalmente a las terapias complementarias, enseñando y haciendo práctica clínica con pacientes, lo menos que se puede esperar es que obtengan una retribución por ese esfuerzo. En caso de que dicha retribución no exista, todas esas personas se verán obligadas a trabajar en cualquier otra cosa que les permita vivir decente y dignamente, pagando sus cuentas y manteniendo sus gastos y los de sus familias.
Sería muy triste ver que personas que podrían estar sanando a otros, entregándoles una mejor calidad de vida, estén dedicados a trabajos en los que no son ni tan hábiles ni tan útiles.
Se puede hacer una terapia gratuita, y es bueno hacer permanentemente algunas. Pero también tiene que haber otras que generen el equilibrio y permitan vivir de esto.
En Chile, a mis alumnos yo les recomiendo que cobren una cifra razonable. Y esto tiene varias lecturas. Por un lado, la experiencia del terapeuta sube el costo. Por otro, si se va a cobrar muy barato, es mejor no cobrar. Con estos dos criterios, estimo que un cobro de entre 10 y 20 mil pesos es razonable para terapeutas de nivel I y II de Reiki, y puede subir un poco en caso de un maestro o maestra, que tienen mayor experiencia y conocimientos.
Ese valor es, en todo caso, referencial. Si el terapeuta atiende a personas de escasos recursos, sus valores pueden estar entre 6 y 12 mil pesos. Y si atiende a personas con muchos recursos, los valores podrían elevarse a un rango de entre 15 y 25 mil.